domingo, 14 de junio de 2009

La Psicología Científica: viejas discusiones y nuevas confusiones

Relaciones entre Filosofía y Psicología

Si tenemos que empezar este ensayo con los antecedentes de la psicología tenemos que hablar de la filosofía, como todas las ciencias la psicología tuvo alguna vez su seno dentro de la filosofía, los filósofos realizaron reflexiones racionales sobre temas psicológicos como la conciencia, la mente, la experiencia subjetiva, entre otros. La actividad filosófica históricamente ha versado sobre tres ejes: Sistemas Filosóficos del Absoluto (metafísica) , Sistemas Filosóficos sobre la Naturaleza (Objetos), Sistemas Filosóficos del Sujeto. A pesar de la amplitud de su objeto, puede afirmarse que el corazón de la filosofía es la metafísica en cuanto búsqueda de la verdad última, inteligible y absoluta que está en la esencia de la filosofía. En un sentido muy general podemos decir que la filosofía es la penetración de la razón humana en las últimas razones y en la investigación de la realidad total.

Sin embargo, es necesario señalar que la filosofía en si misma puede versar sobre cualquier actividad humana, tema, aspecto o fragmento de la realidad tal como religión, cultura, ética, ontología, cosmología, el mundo físico, etc y que los fenómenos psicológicos como la mente y el comportamiento humano se encuentran dentro de esa realidad tal como pueden encontrarse cualquier otra cosa sobre la cual se desee filosofar. Tendría que añadir además que este tipo de filosofía psicológica o “psicología racional” seguirá existiendo dentro del seno de la filosofía mientras existan filósofos interesados en realizar especulaciones racionales sobre temas psicológicos (o existan “psicólogos” nostálgicos con alma de filósofos) pero debe decirse que en virtud del método especulativo racional utilizado tal actividad no es psicología si no filosofía.

Debe recordarse aquí que la filosofía y la ciencia difieren profundamente en cuanto al método para abordar el problema de la verdad y de las vías aceptadas como validas al conocimiento, mientras la filosofía opta por un método en esencia especulativo racional donde se intenta alcanzar una especulación respetable y fundada en principios lógicamente consistentes; la ciencia opta por el camino del dato empírico y de la construcción de teorías que parten de los hechos mismos en un intento por explicar los fenómenos. El criterio de que es lo verdadero y que es lo falso difieren en la ciencia y en la filosofía, la filosofía parte del supuesto de que la verdad es lo que nos muestra la razón pero que es necesario buscarla y develarla y que para tal menester no podemos confiar en los sentidos o en la información que proviene del mundo sensible ya que en ultimas los sentidos pueden engañarnos. Desde esta perspectiva, la verdad se revelará ante la razón cuando en la secuencia del raciocinio ésta no tenga más alternativa que asentir frente al peso del argumento y del ejercicio inexorable de la lógica. Por el otro lado la ciencia procede generando hipótesis sobre las relaciones entre constructos, tomando como criterio de verdad el dato empírico, se trata de generar una proposición lógica y preguntarle a la realidad cómo son las cosas para decidir si la proposición es verdadera o falsa de acuerdo a los hechos, en otras palabras, la ciencia pone un enfásis en preguntarle a los hechos la validez de las hipótesis (lo fáctico) aun que se sirve de la razón para hacer inteligibles los fenómenos mediante la teorización. No se trata de una competencia entre el método filosófico y el método científico, como históricamente nos mostró Kant existe tanto la verdad práctica con sus limitaciones y la razón pura con sus limitaciones. ¿Qué es mejor, un cenicero o un martillo?, depende de cuál sea su objetivo y necesidad concreta verdad?.

Pero en cuanto a la psicología, es de advertir que cuando seguimos un método especulativo racional el resultado final es encontrar “verdades” que nada tienen que ver con el mundo real en el que vivimos sino que en últimas llegamos a un mundo inteligible que dista del fenómeno natural, de los hechos del mundo real y de teorizaciones falseables que le interesan al científico. Si entendemos verdaderamente que el filósofo prescinde de los hechos en su investigación racional y que la especulación racional pretende proponer realidades posibles, inteligibles a menudo trascendiendo el mundo sensible, no es de sorprenderse que ese discurso no tenga nada que ver los hechos concretos, fenómenos y regularidades del mundo natural, precisamente por eso la filosofía y la ciencia son dos campos diferentes de conocimiento. De hecho se puede mediante el método de la filosofía encontrar verdades indubitables y concluir que la verdad en efecto existe tal como nos mostró Descartes pero estaremos hablando de “la verdad” como trascendental universal no de verdades sobre el mundo concreto y natural. Es contemplar el mundo desde un segundo piso y botar las escaleras para bajar a la “realidad”.

La ciencia no se ocupa de la “verdad” en cuanto así misma, la pregunta por la verdad es en última instancia metafísica. De hecho la verdad la como transcendental universal le interesa es precisamente a la filosofía no a la ciencia, la verdad como un absoluto no es un problema científico, precisamente la ciencia es un conocimiento relativo y provisional sobre el mundo, la ciencia es un conjunto de “verdades” provisionalmente aceptadas consensualmente por una comunidad científica en espera de que una mejor hipótesis, teorización o revolución paradigmática tome lugar. Podríamos decir entonces que la ciencia no puede aspirar a nada diferente a verdades fácticas y relativas, a conocimientos provisionales, contrastables y falseables, y que otras formas de conocimiento no constituyen conocimiento científico. En este orden de ideas, los psicólogos interesados en el uso de un método especulativo racional propio de la filosofía en su aproximación a los fenómenos psicológicos están realmente haciendo una reflexión filosófica no ciencia psicológica.

Así las cosas, el aun históricamente reciente grito de independencia de la psicología frente a la filosofía para constituir una ciencia por derecho propio se torna en una especie de patria boba, más grave aún, sin negar la importancia que la historia del pensamiento filosófico pueda aportarle algo a la psicología como ciencia, es de mirar con sospecha y extrañeza que “psicólogos” (o psicólogos con alma de filosófos?) hablen de una tradición milenaria de autores equiparando la historia del pensamiento filosófico con la historia de la psicología, o equiparando la historia del psicoanálisis (o de orientaciones psicodinámicas) con la historia de la filosofía. Sin negar la posibilidad de antecedentes históricos, si la lógica histórica no me falla el psicoanálisis como teoría del psiquismo humano y como practica terapéutica no puede ser anterior a Freud, su fundador, o acaso me perdí ese capítulo de la historia en el cual el psicoanálisis es considerado pensamiento filosófico.

Relaciones entre la Psicología y el Psicoanálisis

Empezaré esta sección diciendo que al igual que la filosofía, el psicoanálisis constituye únicamente un antecedente histórico a la psicología como ciencia. Dicho esto el lector podrá ya habrá intuido que no se considera aquí al psicoanálisis una vertiente de la psicología sino una disciplina diferente a ella. Sin necesidad de citar aquí todas las conocidas críticas al psicoanálisis como teoría científica y remitiendo el lector a otras fuentes sobre la cuestión, me dedicaré a hacer otro tipo de reflexión sobre las relaciones entre psicología y psicoanálisis desde la perspectiva de un terapeuta cognitivo conductual.

En primer lugar empezaré haciendo referencia a un conocido hecho histórico según el cual para ser psicoanalista y ser formado en el arte de la terapia analítica era necesario ser médico. Inicialmente formularé algunas preguntas de reflexión: ¿Usa el psicoanálisis para algo el conocimiento médico?, ¿que pueden aportar el conocimiento neurobiológico que el médico tiene por su formación a la terapia analítica?. La respuesta es que era simplemente una cuestión de pretendida jurisdicción profesional ya que el fundador del psicoanálisis era médico y consideró en su momento que esta sería un nuevo campo de espacialidad médica, pero en realidad el psicoanálisis no necesita ni usa para nada el conocimiento producto del entrenamiento médico. De hecho históricamente el reconocimiento de esta situación permitió el ingreso de psicólogos a las asociaciones de psicoanalistas.

La otra pegunta importante en este orden de ideas es ¿usa el psicoanálisis el conocimiento psicológico?, Por supuesto seria la tendencia natural a responder, pero pensémoslo otra vez. Fue acaso la teoría y terapia analítica concebida para ser enseñada en universidades?, ¿Qué usa el psicoanálisis del conocimiento que se le imparte al psicólogo en su formación universitaria?. La verdad es que en primer lugar el psicoanálisis es una disciplina que prescinde de los principios biológicos y neurobiológicos, abordados en materias de obligatorio curso en la formación de psicólogos, el psicoanálisis no usa los métodos de investigación científica, el psicoanálisis prescinde de los conocimiento de aprendizaje y motivación científicamente validados, no usa el conocimiento sobre procesos mentales superiores y ciencia cognitiva, como atención, cognición y pensamiento y lenguaje entre otros,. Si lo que se necesita para ser analista es seguir el proceso de psicoanálisis durante años, estudiar la teoría en su forma “pura” y “clásica”, y aplicar a una membrecía de una asociación, podría un abogado ser psicoanalista? Yo creo que si, al fin y al cabo tendría que empezar por desechar su entrenamiento y conocimiento profesional anterior para la práctica del psicoanálisis tal como lo hace el médico y aun el mismo psicólogo. Además como el psicoanálisis no pretende curar o hacer funcionar a nadie, y el cambio finalmente es un accidente, entendería yo que los analistas no atienden a personas con trastornos psicológicos que ameriten una terapia eficaz y eficiente para su problema. Entendería también que el psicoanálisis es para personas “sanas” que quieran en últimas ampliar su capacidad de insight y reflexionar en general sobre su vida pero no busquen ningún cambio en el estado de cosas actual. Así las cosas el título de psicólogo seria un mero requisito legal pero no un prerrequisito conceptual.

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